¿Qué es el Trastorno por Déficit de Atención en Niños?
Algunos niños suelen tener problemas a la hora de prestar atención, no consiguen enfocarse en determinada tarea y se muestran muy distraídos, por lo que el proceso de aprendizaje suele tornarse bastante lento y complicado.
Si bien es algo normal que los niños se distraigan de vez en cuando, una frecuencia bastante alta de este tipo de comportamiento puede significar algo más, y puede asociarse con lo que se conoce con el nombre de trastorno de déficit de atención e hiperactividad, TDAH por sus siglas.
Si tu hijo no tiene la capacidad de mantenerse concentrado en una sola actividad y, en ocasiones, se inquieta bajo cualquier circunstancia, posiblemente padezca del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
¿Qué es el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad?

Es un problema que se presenta comúnmente en la infancia, especialmente durante los primeros 7 años de edad, y que puede dificultar la concentración y aprendizaje de quien lo padece.
Involucra un comportamiento que tiende a afectar el desenvolvimiento de los niños en los ámbitos familiar, social y educativo, el cual se hace aún más evidente al momento en el que el niño se incorpora al sistema educativo formal, es decir, cuando comienza a formarse dentro de la escuela.
Actualmente, el 5% de la población infantil presenta TDAH, lo que representa alrededor de 2 niños por salón de clases.
Podemos decir que se trata de un síndrome de la conducta y la persona que lo padece tiene la capacidad de emprender actividades por sí solo, pero con esa misma facilidad pierde el interés rápidamente, presenta ciertas dificultades para mantenerse quieto y, además, en ocasiones no piensa antes de actuar.
Quizá te has preguntado en muchas oportunidades si este déficit trae consigo algunos efectos y, de la misma manera, te interesa saber si existen algunos ejercicios para mejorar la calidad de vida de tu hijo(a).
Algunas de las principales características del déficit de atención en niños: el desequilibrio emocional, la distracción recurrente, los movimientos que son generados por la constante inquietud, entre otras conductas.
Causas del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad
Si bien este trastorno neurológico es un síndrome de la conducta que tiene su origen en los genes y en las células del sistema nervioso y que, en su momento, el pediatra inglés George Still lo definió como un factor heredado; su denotación ha ido cambiando al pasar los años.
Hasta la fecha no se ha determinado con exactitud cuáles son las causas del déficit de atención, pero se cree que puede deberse a una combinación de los siguientes factores:
- La genética: se piensa que, en algunos casos, este tipo de trastorno puede desarrollarse por herencia familiar.
- El plomo: Este compuesto está presente en pinturas viejas y en algunos repuestos utilizados en la plomería, y se cree que puede intervenir en el desarrollo del TDAH.
- La ingesta de alcohol y cigarrillos durante el embarazo.
- Posibles daños cerebrales.
- Ciertos aditivos presentes en los productos alimenticios. Se cree que algunos colorantes artificiales pueden agravar la hiperactividad.
Síntomas del TDAH
Existe una gran cantidad de síntomas asociados a este tipo de trastorno. Inicialmente, algunos de ellos pueden considerarse conductas comunes desarrolladas por un niño, pero el TDAH tiende a exacerbarlos y a hacer que se presenten más frecuentemente.
Quienes lo padecen tienden a presentar como mínimo seis de estos síntomas, principalmente durante sus primeros 7 años de vida:
- Se distraen con facilidad y tienden a olvidarse de las cosas muy continuamente.
- Pasan de una actividad a otra con gran rapidez, a veces sin culminarlas.
- Tienen una enorme dificultad para seguir indicaciones.
- Se les hace difícil terminar labores específicas como las actividades escolares o las tareas del hogar. Conoce en nuestro sitio actividades para niños de preescolar.
- Pierden sus objetos con asiduidad (libros, juguetes, útiles escolares).
- Les cuesta estarse quietos, corren y saltan de un lugar a otro sin parar, y tienden a retorcerse mucho.
- Parecen soñar despiertos con mucha frecuencia.
- En ocasiones se expresan de un modo indebido, pues suelen ser un tanto imprudentes.
- Les cuesta mantener sus emociones bajo control.
- Sienten la necesidad de tocar cada cosa que ven y de jugar con ellas.
- No dejan de hablar y habitúan interrumpir conversaciones.
- Son personas sumamente impacientes.
Es sumamente importante prestarle atención a tu hijo y estar atento a cada una de las actividades que realiza en su vida diaria porque, allí te darás cuenta qué agente le está ocasionando esas conductas; y si sospechas de un trastorno de déficit de atención llévalo a un especialista, médicos o psicólogos.
Diagnóstico del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad
El déficit de atención e hiperactividad puede diagnosticarse a través de pruebas realizadas por un médico o especialista en salud mental, que cuente con experiencia en el estudio y tratamiento de este tipo de trastorno.
Sin embargo, es importante conocer que no existe una única evaluación que permita determinar con exactitud si un niño padece o no de TDAH, el proceso de investigación puede llevar incluso algunos meses antes de dar con el verdadero resultado.
También, puede que el médico o especialista requiera de testimonios, tanto de familiares como de profesores, para adquirir la información necesaria respecto al comportamiento del niño.
Se debe entender que el proceso de diagnóstico suele ser un poco complicado, puesto que algunos síntomas pueden estar asociados a otro tipo de problemas. Así, por ejemplo, un niño puede tener problemas para concentrarse pero aparenta ser calmado y tener una conducta aceptable, o puede darse el caso de que tenga un mal comportamiento en la escuela pero los maestros no pueden identificar que se trata de un caso de TDAH.
Si eres un educador, lee también nuestro artículo: Recomendaciones para Profesores de Niños con Déficit de Atención
En el 2015, estudios estimaron que en México, un 5% de los niños padecen del trastorno de déficit de atención. De este número, 30% son diagnosticados pero sólo menos del 15% de los niños con TDA siguen un tratamiento adecuado.
Tratamiento del TDAH

Aunque no existe una cura para el TDAH, éste puede controlarse mediante la aplicación de algunos tratamientos básicos, como por ejemplo la administración de ciertos medicamentos estimulantes que favorecen la concentración y el aprendizaje de los niños, y que además les ayuda a estar más calmados.
Sim embargo, puede que los medicamentos causen efectos secundarios en el paciente, como por ejemplo dolores estomacales y problemas para dormir, es por ello que debe evaluarse la respuesta del niño a cada uno de los medicamentos que le pueden ser suministrados.
Otra alternativa se centra en la asistencia a terapias conductuales para mejorar la capacidad del niño para controlar sus emociones y su manera de actuar, de manera que pueda desenvolverse mejor, tanto en la escuela como en el hogar.
Un último enfoque contempla la combinación de las dos opciones de tratamiento anteriormente mencionadas, es decir, la aplicación conjunta de medicamentos y terapias conductuales, ya que se considera que muchos niños han logrado mejorar gracias a este método.
Consejos para tratar con niños que padecen TDAH
A continuación hablaremos acerca de una serie de consejos prácticos que pueden aplicarse para lidiar con niños que presentan este trastorno, las cuales serán de utilidad tanto para los padres como para los maestros.
Desarrolle las conductas aceptables en el niño
Para lograr que el niño deje de actuar de forma inapropiada, es importante reforzar los comportamientos deseables demostrados por él. Así, por ejemplo, si el niño hace una buena acción, como quedarse quieto unos minutos o expresarse sin gritar, usted debe agasajarlo, así sentirá que puede atraer su atención de una forma distinta que no se corresponde con berrinches y malas actitudes.
Para ello, puede valerse de un tono de voz amable a la hora de hacer los cumplidos, los cuales deberá variar para evitar que pierdan su efecto, así como también ofrecerle recompensas justo en el momento en que desarrolle una conducta favorable.
Es importante que las recompensas no sean siempre iguales y que usted establezca, conjuntamente con el niño, en qué situaciones le serán retiradas las mismas, ante lo cual deberá actuar en lugar de solo amenazar.
También, puede pedirle al niño que haga alguna tarea que no sea de su agrado como condición para obtener algo que le guste. Por ejemplo, puede utilizar la siguiente frase “si quieres mirar las caricaturas, antes tienes que ordenar tu habitación”. Tenga en cuenta que la frase deberá ser siempre positiva, es decir, no debe incluir la palabra “no” dentro de la condición.
No olvide prestarle atención al niño y brindarle su apoyo para realizar cualquier actividad. Siéntese a su lado, escúchelo e intente mantener contacto físico con él, demostrándole que está interesado en lo que hace, de esta forma usted podrá notar con mayor facilidad si el niño presenta una conducta adecuada y estará preparado para reforzarla.
Réstele poder a los comportamientos inadecuados
Si el niño se comporta de mala manera, usted deberá retirarle su atención, él se sentirá ignorado y notará que con esa actitud no logrará nada bueno. También, puede poner en práctica la técnica del aislamiento o del “tiempo fuera”, la cual consiste en hacer que el niño pase algunos minutos sentado en un rincón o en un lugar en el que no exista objeto alguno con el que pueda divertirse o entretenerse.
Hágale ver que, más que un castigo, se trata de una oportunidad para que el niño pueda tranquilizarse y evaluar su comportamiento.
En caso de que el niño se rehúse a ir al rincón, súmele tiempo extra al castigo (uno o dos minutos más), e indíquele que si sale del lugar de aislamiento sin que usted se lo permita, el tiempo comenzará a correr de nuevo.
Estimule la obediencia
Siéntese con el niño y explíquele las reglas del hogar o del aula. Colóquelas en una lista y junto a ellas escriba lo que ocurrirá en caso de cumplimiento o desacato de las mismas.
Ahora, si usted desea que el niño lleve a cabo una determinada tarea, indíquele de manera clara y concisa, con un tono de voz pausado y agradable, qué debe hacer con exactitud, y asegúrese de que le esté prestando atención. Pídale que le repita en voz alta lo que se le ha pedido, para que pueda asegurarse de que el niño le ha entendido.
Puede emplear un sistema de premios, en el que el niño gana puntos cuando su comportamiento es adecuado, y los pierde en el caso contrario. Al finalizar la semana, usted puede otorgarle un premio en función de la cantidad de puntos que el niño haya obtenido.
Incentive el orden y el estudio

Elabore una lista con las actividades que el niño debe realizar, incluyendo las horas asignadas para cada una, colóquela en un sitio visible y pídale al niño que vaya tachando cada actividad conforme la haya realizado. También puede utilizar alarmas para ayudar a que el niño sepa cuándo es el momento de cambiar de una actividad a otra.
Es muy importante mantener horarios estables, ya que los niños con déficit de atención se manejan mejor de esta manera.
Procure también asignar un lugar específico para cada cosa, enséñele al niño dónde debe colocar sus juguetes, sus útiles escolares y todos sus objetos, para que le sea más fácil encontrarlos cuando los necesite.
Elabore además un plan de estudios personalizado en el que coloque las actividades concretas que el niño debe realizar, dedicando el comienzo del mismo a las tareas más complicadas.
Especifique cada actividad, escribiendo por ejemplo “hacer multiplicaciones” en lugar de “estudiar matemáticas”. Tome en cuenta el tiempo que el niño necesita para realizar una actividad normalmente y modifique la distribución de ser necesario
No olvide que los niños con TDAH merecen ser tratados con paciencia y especial dedicación, necesitan de padres y profesores que les motiven y les ayuden a reducir el poder de sus conductas negativas, para que los aspectos positivos que cada uno de ellos posee puedan salir a la luz.
La vida para los niños con déficit de atención
Existen muchas consecuencias que pueden acarrear el déficit de atención para los niños que padezcan este trastorno: la integración a un grupo social lo conducirá a un comportamiento conflictivo, considerando que su personalidad y su forma de ser no entra en los cánones que la gente considera como “normal” y en ocasiones, tenderán a rechazarlo.
El déficit también favorece a resultados poco satisfactorios en lo académico porque su atención no estará destinada a las actividades escolares, sino a otro tipo de distracciones. Cuando tu hijo es mayor, la preocupación es aún más grande porque tendrá una amplia disposición al consumo de sustancias adictivas y es vulnerable a padecer depresión.
Recomendaciones para controlar el déficit de atención en niños

Es importante tener en cuenta que los niños que padecen el trastorno de déficit de atención no suelen concentrase en una tarea por mucho tiempo, por ello es relevante que los ejercicios y actividades a desempañar sean claras, breves y fáciles de ejecutar, con ésto se busca obtener buenos resultados y orientar un incremento de: la inhibición muscular, la relajación, el control corporal y lo más importante, la atención.
Recomendaciones:
- Mirarlos directamente cuando se les hable y permanecer cerca de ellos para evitar que se distraigan
- Indícale al niño(a) un número o una palabra y luego dile varias palabras y números al azar, cuando escuche aquella que le indicaste inicialmente, deberá hacer una señal para mantenerse más atento
- Es esencial explicar de forma clara las instrucciones para la realización de una actividad, usando palabras simples para que el niño pueda comprenderlas.
- Recompensa el buen trabajo pero sobre todo el esfuerzo. Ante ésta condición es necesario que el niño se sienta apoyado.
- Se debe tratar de ser un modelo positivo sobre el cual pueda reflejarse.